חנך לנער על פי דרכו גם כי יזקין לא יסור ממנה
Janój LaNá'ar Ál-Pí Darcó, Gám Kí-Yázkin Ló-Yasúr Miména.
Educa al niño según su propio camino, así incluso en su ancianidad no se desviará de él.
Basados en este texto de Proverbios 22:6, y como seguidores de Yeshúa El Mesías, padres y profesionales en el campo de la educación y el arte, aquí os explicamos los 4 pilares de este proyecto:
La misión de Janój LaNá’ar Ál-Pí Darcó, en su acrónimo JLAD, es proporcionar a padres y educadores, material pedagógico como soporte para la trascendente e indispensable tarea de instruir biblicamente al niño en su camino; camino que se ve dibujado por la propia forma de aprendizaje del niño.
Nuestros principos son la coherencia, la integridad i la excelencia respaldados por la experiencia como profesionales.
La experiecia con niños en diferentes ámbitos, nos ha enseñado que hacer aquello que se dice, es el ingrediente que convierte un conocimiento en verdadero aprendizaje aplicado. Inversamente, decir y no hacer, o hacer lo contrario, sólo dificulta, ralentiza y obstruye el aprendizaje de cualquier concepto, especialmente en la mente de un niño.
Si a ello añadimos las sabias palabras de Pablo (Shául) a los Colosenses, sobre la aversión y bloqueo que un niño siente cuando su padre o adulto de referencia, demanda al niño aquello que no es capaz de hacer el propio adulto, exasperándolo, nos lleva a la conclusión de que es imposible e infructífero enseñar a nuestros hijos sin coherencia.
Estrechamente relacionado con la coherencia, la integridad es el principio que nos sirve de faro cada vez que tratamos de enseñar a un niño. Los valores bíblicos que sostienen JLAD, son valores que rigen y definen aquello a pensar, aquello a decidir y aquello ha hacer, no solo en los receptores del aprendizaje, sino en nosotros mismos.
De nuevo, la experiencia nos muestra que educar en valores bíblicos implica que el educador viva inmerso en ellos, así estos valores pueden ser transmitidos, imitados e incorporados como verdadera forma de vida y no como una mera herencia cultural.
De la mano con la integridad buscamos andar con honestidad, aquello que aprendimos, aplicamos y validamos es aquello que enseñamos, ello hace que este proyecto siempre esté en proceso de aprendizaje, dado que somos conscientes de que Dios es infinito en todos sus aspectos y la sabiduría que emana de Él, nunca acaba. Los primeros nutridos, como niños, debemos ser los educadores.
Partiendo del principio, de que todo aquello que hagamos, debe ser enfocado como si lo estuviéramos haciendo para Dios, nos resulta incoherente que el material elaborado por JLAD no se realice con los máximos recursos de tiempo, conocimiento, habilidades y respaldo económico a nuestro alcance. No vertir lo mejor que poseemos como educadores, sería romper con los principios de coherencia, integridad y honestidad, obtruyendo, obtaculizando y ralentizando el aprendizaje del niño.
En JLAD tratamos de elaborar material pedagógico fundamentado en los principios del desarrollo del aprendizaje infantil, y en el conocimiento y experiencia de que cada niño tiene unas particularidades en su forma de aprender. Facilitar el proceso de aprendizaje, teniendo en cuenta esas peculiaridades, ha resultado ser un acierto para nosotros como padres, y para el desarrollo de nuestro material.
Así, nuestro logro, será que los demás padres y/o tutores, encuentren en nuestra labor, un recurso últil de ser aplicado y utilizado, así como de ser replicado, para que el pequeño aprendiz lo reciba en su propia y mejor forma de compresión.
Somos padres, profesionales en el ámbito educativo y artístico, con experiencia tanto en el sector laboral, como comunitario, así como en el familiar.
La razón de la existencia de este proyecto, es resultado de una infructuosa búsqueda de recursos educativos, que se ajustaran a nuestros principios de vida, para poder llevar a cabo la instrucción de Proverbios 22, al que sí somos llamados todos los padres.